Al momento de analizar la gestión de cobro, es importante llevar un control adecuado por parte del departamento encargado de realizar los reclamos correspondientes para recuperar los cobros. Para ellos debemos tomar los recaudos necesarios antes de comenzar las negociaciones con el moroso, estudiando ciertos puntos fundamentales para obtener de la manera más eficiente el cumplimiento de los pagos. Entre los factores claves a analizar, podemos mencionar:
La verificación de la antigüedad y el comportamiento del deudor. El agente encargado de la gestión de cobro debe comprobar los antecedentes del deudor con el objetivo de definir qué perfil le corresponde y determinar si se trata de un problema habitual o que se acumuló desde el comienzo de las relaciones.
Un análisis lo más completo posible de la capacidad de solvencia del deudor y sus activos actúales.
Establecer si estamos ante un caso/problema temporario de falta de liquidez o es una consecuencia de una situación más seria e incluso repetitiva.
Lograr determinar los motivos reales por los cuales el cliente se transformó en moroso. Puede ser una causa fortuita, contextual, circunstancial o incluso intencional.
Obtener un panorama de temas jurídicos y legales relacionados al deudor para comprobar si ya existen demandas por parte de otras compañías que también se encuentran reclamando sus pagos.
Inspeccionar el tipo de endeudamiento que suele ser común en este cliente en particular, ya sea de corto o largo plazo, para mantener un control activo del momento en que debe cumplir con sus pagos.
Clasificar e identificar frente a qué tipo de deudor nos encontramos.
Contemplar si es viable reacomodar el plan de pagos, pudiendo determinar si resulta una maniobra positiva o si es entrar en el juego que plantea el deudor.
Estos factores pueden ayudarnos a determinar cómo continuar con nuestra labor de gestión de cobro en la búsqueda de recuperar los pagos. Así, la compañía puede determinar las condiciones más efectivas para realizar los recobros correspondientes.
Y para realizar dicho análisis, es importante recopilar la información referida a cada cliente desde el comienzo de las relaciones. Un seguimiento constante de todos nuestros clientes y más aún de los que ingresan al mundo de la morosidad hará la tarea del cobro más sencilla y eficiente.
Un análisis lo más completo posible de la capacidad de solvencia del deudor y sus activos actúales.
Establecer si estamos ante un caso/problema temporario de falta de liquidez o es una consecuencia de una situación más seria e incluso repetitiva.
Lograr determinar los motivos reales por los cuales el cliente se transformó en moroso. Puede ser una causa fortuita, contextual, circunstancial o incluso intencional.
Obtener un panorama de temas jurídicos y legales relacionados al deudor para comprobar si ya existen demandas por parte de otras compañías que también se encuentran reclamando sus pagos.
Inspeccionar el tipo de endeudamiento que suele ser común en este cliente en particular, ya sea de corto o largo plazo, para mantener un control activo del momento en que debe cumplir con sus pagos.
Clasificar e identificar frente a qué tipo de deudor nos encontramos.
Contemplar si es viable reacomodar el plan de pagos, pudiendo determinar si resulta una maniobra positiva o si es entrar en el juego que plantea el deudor.
Estos factores pueden ayudarnos a determinar cómo continuar con nuestra labor de gestión de cobro en la búsqueda de recuperar los pagos. Así, la compañía puede determinar las condiciones más efectivas para realizar los recobros correspondientes.
Y para realizar dicho análisis, es importante recopilar la información referida a cada cliente desde el comienzo de las relaciones. Un seguimiento constante de todos nuestros clientes y más aún de los que ingresan al mundo de la morosidad hará la tarea del cobro más sencilla y eficiente.
